El 56% de los millennials de Fonasa se cambiaría a isapre si tuvieran los medios económicos

Aunque la mayoría de los chilenos evalúa mejor los seguros privados, entre los mayores de 34 años menos del 40% dejaría el seguro público.

El sistema de salud en Chile es perfectible. Ese es un punto en el que existe consenso entre los expertos. Por lo mismo, desde hace al menos ocho años se ha trabajado en una reforma a las isapres y durante bastante tiempo se ha venido madurando la idea de una modernización al Fondo Nacional de Salud (Fonasa).

Pero cuando se trata de la opinión de los propios pacientes, las diferencias entre ambos sistemas son considerables. Según una encuesta realizada por Cadem, que dio a conocer la Asociación de Isapres y que fue realizada a 706 personas de las 16 regiones, el 66% de los afiliados a Fonasa e isapres aseguran que el sistema privado es mejor que el público.

Manuel José Irarrázaval, director del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad San Sebastián, dice que la preferencia por el sistema privado se explica porque este “dispone de más recursos per cápita que el público. Entonces tienes una mejor infraestructura física, equipamiento y mejor disponibilidad de médicos y especialistas”.

Por su parte, Constanza Forascepi, economista de la Asociación de Isapres, dice que “en el sistema privado de salud tienes atención oportuna, de calidad, no tienes listas de espera, se te resuelve tu problema de salud, a diferencia de lo que, lamentablemente, sucede en el sistema público, donde tienes la otra cara, con las listas de espera y la falta de especialistas”.

Un cambio de sistema

Pese a que la mayoría de los encuestados considera que el sistema de salud privado es mejor que Fonasa, cuando se les plantea si se cambiarían a una isapre si el Estado les entregara un bono mensual para salud, como adicional a su cotización legal, el 54% de los afiliados al sistema público dice que se mantendría en el fondo.

“Suena contradictorio, porque si la mayoría piensa que el sistema isapre es mejor, uno pensaría que la mayoría quisiera cambiarse, aunque muchas veces la gente es reacia a los cambios, y aunque tiene internalizado que el sistema no es el óptimo, ya está acostumbrada”, asegura Irarrázaval.

Solo en el caso de los afiliados de entre 18 y 34 años -pertenecientes a la llamada generación millennial – la mayoría contesta que se mudaría al sistema privado (56%). Esa cifra baja considerablemente en el caso de los encuestados de entre 35 y 54 (39%) y los de más de 55 años (33%).

Para Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, las diferencias etarias son un reflejo de los problemas del sistema privado.

“Los que dicen que se cambiarían son aquellos a los que les conviene el cambio, porque para los jóvenes las isapres son un buen seguro, porque al ser de bajo riesgo, pagan menos y tienen total libertad para cambiarse”, indica Sánchez.

Agrega que “en cambio, las personas mayores saben que en las isapres no son bien tratadas, porque les cobran más caro, y quedan cautivas cuando intentan cambiarse. Para ellas el sistema es caro y discriminador por la edad”.

Los expertos concuerdan en que los resultados dejan a la luz las deficiencias de ambos sistemas y recalcan la necesidad de reformar con urgencia ambos seguros.

Asegurados

Alrededor del 78% de los chilenos están afiliados al seguro público.

Fuente: www.economiaynegocios.cl


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